El dilema de Nuevo León
Ramón Zurita Sahagún viernes 9, Ene 2015De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Nuevo León es y será el centro de primordial atención electoral, dentro de los nueve estados, cuyos ciudadanos irán a las urnas para elegir a su nuevo gobernador.
Se trata de una entidad fronteriza que tiene el mayor padrón electoral, pero que además concentra el mayor poderío económico de los nueve, con todo y que su frontera con Estados Unidos no es de la mayor importancia.
Nuevo León es un estado que ya probó la alternancia de partidos en el gobierno estatal, aunque el resultado arrojado por el gobierno panista de Fernando Canales Clariond puede ser considerado como lamentable y el de su sucesor Fernando Elizondo Barragán siguió sus pasos, tanto que el segundo intentó ser gobernador electo en las urnas y se encontró con el rechazo ciudadano.
Pero el regreso del priísmo al gobierno estatal tampoco trajo ninguna mejora, ya que los gobiernos consecutivos de J. Natividad González Parás y Rodrigo Medina de la Cruz, son catalogados como una docena trágica para el estado, donde la corrupción, la violencia, la inseguridad y la ausencia de gobierno han sido las facetas dejadas por uno y otro.
Es cierto que fue en la administración del panista Canales Clariond cuando la delincuencia organizada se posicionó en el estado y lanzó su primera ofensiva, pero también lo es que en los gobiernos priístas el saldo creció.
De ahí que la competencia entre panistas y priístas se espera será sumamente reñida.
Los panistas tienen delineado a su candidato en la figura de la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes Cervantes, aunque Felipe de Jesús Cantú se mantiene firme en la disputa de la postulación, mientras que en los priístas hay una rebatinga por la nominación de su partido.
El perfil del abanderado priísta en Nuevo León será el primero que se defina, aunque los dirigentes del tricolor se encuentran alentado a una serie de personajes que no representan nada para el elector, pero que además representarían un flan para la oposición.
Los altos mandos priístas han definido que el mejor posicionado en las encuestas y que cuente con un gran potencial para convertirse en un candidato que llegue al ánimo de los electores será quien los represente en los comicios de junio.
Por eso, no se entiende el porqué alientan a una serie de militantes que pocas posibilidades tienen de acceder a la candidatura al gobierno estatal.
La lista de los priístas es amplia, aunque realmente no pasan de tres los prospectos con posibilidades.
Sin embargo, las tres senadoras de ese partido (dos de mayoría y una de lista de partido), así como varios diputados federales, integrantes del gabinete estatal y hasta un secretario de Estado se encuentran dentro de la amplia fila de aspirantes del partido tricolor.
Claro que cada uno de ellos guarda esperanzas de resultar el elegido, pero en caso de no conseguirlo, como pasará con la mayoría, se encuentran dispuestos a negociar algún otro tipo de candidaturas.
No le harán el feo a nada, ya que saben que las alcaldías, especialmente la de la capital del estado (Monterrey), San Nicolás, Guadalupe, San Pedro Garza García y hasta Santa Catarina, son buenas plazas para aguardar durante tres años el cambio sexenal a nivel federal.
De las tres senadoras que pidieron licencia, Cristina Díaz Salazar, Ivonne Álvarez García y Marcela Guerra Castillo, las dos primeras son las que realmente tienen posibilidades de contender por el gobierno estatal.
Incluso, Cristina e Ivonne se encuentran mejor posicionadas en las encuestas que el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo Villarreal.
La otra senadora, Marcela Guerra Castillo, podrá ser incluida en la terna para la alcaldía de Monterrey, cuya candidatura podría disputar con los diputados federales Pedro Pablo Treviño y Héctor Gutiérrez de la Garza, quienes también solicitaron licencia para contender por la nominación al gobierno estatal, aunque las encuestas los ubican lejanos a esa posibilidad.
Gutiérrez de la Garza forma parte de la llamada burbuja priísta en la Cámara de Diputados, donde funge como vicecoordinador de su bancada, en tanto que Pedro Pablo es presidente de la Comisión de Presupuesto.
El tercer diputado federal priísta que anhela la candidatura a gobernador es Jorge Mendoza Garza, quien no está considerado en la primera posibilidad y su nominación a la alcaldía de Monterrey sería una sorpresa.
Mendoza Garza no ha ganado jamás una elección, ya que sus dos participaciones en el Congreso de la Unión han sido por la vía de la representación proporcional, tanto en el Senado de la República como en la Cámara de Diputados, como uno de los principales representantes de la llamada telebancada.
Pero también los priístas cuentan con un grupo de aspirantes que se cobijan al amparo del gobernador Medina de la Cruz, ya que forman parte de su gabinete.
Son ubicados como los locales, aunque sus posibilidades se consideran mínimas, pero también son encuestados para no desalentarlos.
Entre ellos están el secretario de Desarrollo Social, Federico Vargas; el procurador general de Justicia, Adrián de la Garza, y la secretaria de Educación, Juana Aurora Cavazos.
Lo que les dejaron claro a los políticos priístas encuestados es que gane quien gane la nominación deberán mantener la unidad y disciplina en torno al postulado.
Y es que los tricolores requerirán de esos procedimientos si es que quieren competir con posibilidades en Nuevo León, un territorio que es visto por la oposición representada por el PAN como un apetitoso bocado muy a la mano.